Durante los primeros años de escolarización resulta de suma importancia desarrollar en los niños y niñas funciones cognitivas básicas que le permitan desarrollarse como individuos integrales que forman parte de una sociedad. En los últimos años se ha dado gran importancia a una función en especial, la lectura.
La lectura abarca dos grandes ámbitos: el Dominio Lector y la Comprensión Lectora. La evaluación del Dominio Lector permite conocer cuan bien decodifica el niño o niña oralmente y cuan rápido lo hace, es por esto que mide Calidad de la Lectura Oral y Velocidad de la Lectura Oral, de esta forma permite conocer el nivel de automatización de la lectura que posee el individuo. Por otra parte la Evaluación de la Comprensión Lectora permite conocer si el alumno logra extraer el significado del texto, es decir, cuanto capta del contenido del texto.
Se puede decir que tanto calidad, velocidad y comprensión lectora son destrezas básicas para afrontar con éxito las exigencias actuales en el ámbito de la lectura. Estudios evidencian una correlación positiva entre el Dominio Lector y la Comprensión de Lectura, por lo que un alumno que posee una lectura fluida y veloz tiene mejor rendimiento en la comprensión lectora, es decir logra extraer el significado del texto.
Nuestra misión como padres y educadores es estimular el Dominio Lector para automatizar la lectura, de esta manera nuestros niños y niñas no cometan errores al leer (omisiones, agregaciones o sustituciones de palabras, regresiones en el texto) que puedan alterar el significado de lo que leen, y por otra parte sean poseedores de una lectura veloz, ya que así su memoria a corto plazo no se verá saturada con la información decodificada y se centrará solo en comprender el significado y no en decodificar lo escrito.